12 de enero de 2009

Garcia Ferre en El Federal

El sábado fui a comprar el diario y me tire de cabeza al ver la tapa de la revista El Federal.

Trae una interesante entrevista a Don Manuel Garcia Ferre, padre del universo de Anteojito e Hijitus.

Revista para comprar y leer (o manguear y leer!) en una linda tarde de sábado.



8 de enero de 2009

Gustavo Sala en Página/12

HISTORIETA > LA CANDIDA REVULSION DE GUSTAVO SALA
Entre el bife angosto y el baño
Irreverente y cándido, cínico e infantil, Gustavo Sala tiene una misión entre ceja y ceja: molestar aunque sea un poco en una época en que ya nada parece molestar lo suficiente. Cada mes con “El baño”, publicada en las páginas de Fierro y cada semana con la tira que publica en el suplemento NO de este diario (ahora recopilada en el libro Bife Angosto), sus historias que cruzan lo escatológico, el cine clase B y el rock a lo Peter Capusotto, empujan un poco más el límite de lo absurdo y lo demencial. Y no piensa parar hasta que alguien se enoje.

Por Mariano Kairuz
Todos los meses lo mismo: abrir la revista e ir corriendo a “El baño”. La mejor historieta de la actual etapa de la Fierro es ese monstruo deforme y escatológico –que así se llama, que por ahí pasa inevitablemente: “El baño”–, engendrado por el marplatense Gustavo Sala. Una bestia imprevisible que casi siempre parte de una premisa parecida –alguien quiere, o peor aún, necesita con urgencia usar un inodoro, y no puede– para derivar cada vez en mil direcciones diferentes: puede pasar que el protagonista se encuentre con una revolución de las lozas sanitarias unidas, o que se vea obligado a casarse con Ignacio Copani y adoptar con él un hijo, o a atravesar infinitas puertas interdimensionales que llevan a nuevos encuentros; con dinosaurias ninfómanas, extraterrestres de largos y deformes miembros viriles, inesperadas muertes y reencarnaciones, un mundo habitado por medialunas parlantes o un perro de materia fecal, entre otras ordinarieces extraordinarias. Así son las cosas en “El baño”: no sólo es la mejor entrada posible a la revista Fierro de cada mes, también es una de las puertas de la percepción. O algo así.

La otra creación inevitable de Sala es la tira que publica jueves a jueves desde hace tres años en el suplemento NO: unos cuatro cuadritos semanales que muchas veces giran alrededor del fanatismo rockero (y la quemazón mental en general), y que acaban de ser compilados por primera vez por editorial De la Flor bajo el título Bife Angosto. También acá abundan la escatología pesada y los fluidos corporales (y las referencias a Ricardo Arjona), lo que lleva a preguntarse de qué se alimentará este dibujante. Hay algo de generación espontánea en las tiras de Sala, lo que no significa que se inventen solas sino que su autor apareció hace más o menos una década junto con la generación más espontánea que haya conocido la historieta argentina moderna. La de Fayó, Podetti, la del recordado y admirado Danny The O: los que descubrieron a Robert Crumb, el padre del under sucio norteamericano en sus infancias o sus adolescencias, y decidieron ensuciarse un poco como él. De ahí será que salen esos dibujos con caca de perro, caca humana, caca alienígena; los músicos y su público a veces un poco trastornado; y el baño público o privado convertido en un microcosmos.

Y si Sala (Mar del Plata, 1973) leyó a Crumb, antes leyó Lucky Luke (“y todos esos libros europeos que entonces eran accesibles y hoy son un lujo prohibitivo”), y a Patoruzú y a Isidoro, y parte de su aprendizaje tuvo que ver con superar a algunos de ellos, con dejarlos atrás. “También leía todo ese material español que llegaba en los ’70 y a principios de los ’80”, recuerda. “Y un día me di cuenta de que Patoruzú era un boludo que no tenía ningún costado sensible ni ninguna flaqueza y me fui con unos 70 ejemplares a un canje, y los vendí. Me acuerdo de que me dieron cuatro australes con los que fui a una disquería y me compré No se necesita llevar saco, ese casete de Phil Collins que tenía en la tapa su cara roja como si hubiera tomado sol en Punta Mogotes, y que incluía temas como ‘Sussudio’ y ‘One More Night’”, especifica, como parte de un recorrido muy autoconsciente por una adolescencia que tiene muchas paradas en estaciones musicales que hoy suenan demasiado retro, y que de alguna manera contribuyeron a darles forma a sus viñetas sobre lo deforme. “Si tengo que rescatar algo de lo que fui muy fan en mi infancia, es una revista española llamada Pulgarcito, de formato cuadrado pequeño, y cuya principal historieta era justamente ‘Pulgarcito’, dibujada por Jan, una leyenda de España. Ese material después se perdió, y hoy es algo que me encantaría recuperar. Aunque con los años fui comprobando que a veces la nostalgia te puede jugar en contra. Hoy hay mucho rescate, demasiado culto retro, a los ’80. Por ejemplo: yo era muy fan de Miguel Mateos: Rocas vivas, el tema ‘Llámame si me necesitas’. Spinetta, Don Cornelio, Sumo, me resultaban más difíciles, así que mi índice en la vida musical eran Soda, Zas y Virus. Y hace dos años lo volví a ver a Mateos en el Auditorium de Mar del Plata, más como un ejercicio de curiosidad, viendo qué me pasaba veinte años después frente al tipo que a los 15 me había quebrado la cabeza. Y no era el mismo él y no era el mismo yo, y a veces conviene quedarse con las cosas como están en la memoria.”

Y si soltarle la mano al indio de Dante Quinterno tuvo que ver con un proceso de maduración, lo que nunca llegó a interesarle demasiado, dice, fue la historieta de aventuras “realistas”, el western, la bélica y esos otros santuarios del comic criollo de los ’50 y los ’60. “También es cierto que me acerqué más al humor porque me sentía más cómodo dentro de mis limitaciones y con el dibujo más intuitivo que manejo, que me permite moverme más fácil en la deformación y el grotesco”, dice Sala. El resto es un poco, cuenta, la historia de siempre: “Está ese estereotipo del que en la primaria y en la secundaria era el perdedor, no tenía habilidades deportivas, le iba mal con las minas, era rechazado, y que todo ese rechazo y odio visceral a la sociedad lo volcaba en el dibujo”, dice y eso que dice podría cuadrarle un poco al propio Crumb. “No digo que ése fuera mi caso, pero la verdad es que nunca tuve ninguna habilidad deportiva, y cuando de chico no te interesa el fútbol, te da mucho tiempo para otras cosas. Yo era, al final, el que dibujaba las láminas de las trompas de Falopio o el sistema digestivo para la escuela. Y al final, sí... pasa que de pendejo también puede ser una descarga vital: lo que no hablás y no hacés, lo dibujás, lo volcás en una hoja mientras el profesor explica trigonometría.”

Fue a mediados de los ’90 que Sala empezó a tratar de inventarse un lugar y un medio de vida a partir de esas “descargas vitales”; y en medio del hueco que dejó la desaparición de Fierro –que suplieron como pudieron ediciones independientes más o menos profesionales–, hizo lo que hicieron muchos de su generación: editó un fanzine llamado Falsa Modestia. “Si hay algo que aúne a esta gente como generación puede que sea el haber introducido cierta escena punk en la historieta; una nueva escuela sucia y violenta, con algo de cagarse un poco en todo. Que, ojo, no es lo mismo que hacer cualquier cosa.” Con algo de ese mismo espíritu lleva adelante desde hace siete años un trabajo como humorista en Rock & Pop Mar del Plata, y escribe y actúa junto al periodista Pablo Vasco los monólogos para el espectáculo teatral Afeitándose en Alemania. Mientras que, contra las expectativas de muchos de sus fans, las canciones de su banda Los Dentistas Tristes no son para nada en chiste. “Somos sólo dos tipos parados –con mi amigo demente Gonzoide– haciendo punk y pop y canciones chiquititas, pero no humorísticas a lo Pipo Cipolatti. Son diferentes maneras de molestar y de ocupar lugares, tratando de combatir el ostracismo del trabajo de dibujante.” Tratar de molestar, de eso se trata; una misión cada vez más difícil. Como lo prueba el que los protagonistas de sus tiras de Bife Angosto se llamen “Sid y Nancy Anka, el matrimonio punk”, o “José Luis Perales, el fanático de los Redondos”; “Lito Novia, el pibe que fue a demasiados recitales”; “Baby y Echecopar, los enanos de jardín drogadictos”, “Alfio Basile, el conejo sodamaníaco con cáncer terminal”, “Charly Alberdi, el arquitecto peronista”, o el recurrente “Público boludo”, y que nunca nadie le haya posteado ni una queja. Nada: ni siquiera un pequeño bufido en un blog a cargo de una fan de Ricardo Arjona ofendida. “La verdad –dice, un poco resignado–, que algún boludo del rock se enoje no estaría tan mal.”
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04/01/09

Mi Familia es un Dibujo

Nota aparecida en el suplemento S!, de Clarin, el 02/01/09.

Los blogs funcionan como plataforma para dibujantes independientes & jóvenes. El Sí! habló con cinco nuevos autores que dan a conocer sus viñetas a través de Internet.
Por: Nicolás Igarzabal Especial para el Sí!
A veces alcanza con una viñeta y un sólo globo de diálogo. Hay una famosa tira de Mafalda en que su mamá está al borde del panic attack al encontrarse con las paredes del departamento arruinadas por garabatos de Guille. Y él, siempre pícaro, se excusa con una pregunta: "¿No ez increíble todo lo que puede tened adentro un lápiz?". El dilema, en boca de un chico que recién abandona el chupete, es en realidad la base de todo historietista. No por casualidad fue Quino quien la eternizó en una tira, guiñándoles el ojo a sus colegas.

Revalidando la Epoca Dorada (1940-1960) y el Mafaldazo (1964-1973), la historieta argentina hoy goza de buena salud tras haber superado la sequía de los '90. El tercer milenio estuvo marcado por la vuelta de legendarias revistas del palo, como la Fierro y Comiqueando, la pérdida & reivindicación del Negro Fontanarrosa, el revival de El Eternauta (30 años después de la desaparición de Oesterheld. ¡Nevó en Buenos Aires, sí!), el 80º aniversario de Patoruzú y la llegada de Liniers (Olgaaaa). Y -no olvidarse- el impulso de los blogs como nueva plataforma para autores independientes. Entre las comunidades virtuales más visitadas están Historietas reales (www.historietasreales.wordpress.com), El círculo del cuadrito (www.circulosencuadritos.blogspot.com) y 4 Segundos (www.4segundosco- mics.com).

Es a través de la web donde más ruido comenzó a hacer una nueva generación de dibujantes, que dejaron de lado sus intentos de fanzines under y encontraron aquí una forma más dinámica de dar a conocer sus ilustraciones.

Este resulta un nuevo canal para llegar a gente de todo el mundo, ganarse sus propios lectores y arrancar las primeras sonrisas. de computadora a computadora, ¿No es increíble todo lo que puede tener adentro un mouse?


Juan Pablo Camarda: La vieja escuela
En el mundo de las historietas es jodido hablar de Mendoza sin remitirse a Quino. Juan Pablo Camarda (23) vive en Guaymallén (no vale hacer chistes con el alfajor) y conoce de comparaciones odiosas. "Mafalda está en el inconsciente colectivo, cuesta mucho despegarse si tenés otro estilo. Es como si tocaras la guitarra y te dijeran que vas a ser el nuevo Charly, pero no se dan cuenta de que hacés bossa nova y no saltás desde novenos pisos".

Juampa, como lo conocen todos, es autor de Yo Oso Verde: opinólogo de oído (2007), un personaje cargado con la acidez de un caramelo Suchard, que se burla de los políticos y banderea contra los K. "El oso no tiene una ideología definida... pero Néstor le caía gordo. Me gustó la idea de hacerlo casi tierno y que dijera todo sin filtro. Lo creé pura y exclusivamente para que pudiera decir lo que yo quería gritar". En una de las tiras se lo ve rodeado de diarios arrugados sobre el piso: "Decidí empezar el día de la manera más oficialista posible", ironiza el mamífero.

El hombre sin detalles (2004), por otro lado, es un personaje que no puede demostrar sus sentimientos. "Un alma sensible no comprendida", apunta su autor, ¿Un emo? "Nooo, ¡Jamás va a ser un emo! Se pondría muy triste con esa comparación".

Fan de Liniers y Alberto Montt, el mendocino arrancó a dibujar gracias al manga japonés (Dragon Ball Z y Caballeros del Zodíaco). "Los '90 pegaron fuerte en mi generación. Mi divorcio con el manga fue duro" (risas).

-¿Eras el típico nerd de tu clase?
-No, pero me la pasaba dibujando. Siempre fui un freak de cómics y videojuegos, y de eso no se vuelve. Igual me encanta ser freaky, soy un freaky de la vieja escuela.

www.juampastorietas.blogspot.com


Soledad Otero: Biografía en viñetas
Soledad Otero (23) manoteó el lápiz desde chiquita: "Me divertía más crear mis propios personajes que jugar con ellos. Dibujarlos, recortarlos, jugar 5 minutos y volver empezar. Nunca me gustaron demasiado los muñecos comprados".

De grande estudió pintura, historieta, caricatura e ilustración infantil. Mamó de cómics nacionales, europeos y norteamericanos (sus grandes amores: Mafalda y Asterix) hasta que en 2006 se animó a la tira propia. Con aires nipones, Sole revisita el decálogo de la ciclotimia adolescente. Algunos títulos: Mis cumpleaños apestan, El celular y yo, Hablo luego pienso y Por qué no voy seguido a bailar. "Siempre me consideré una persona con mucha mala suerte y bastante torpeza".

-¿Todas autobiográficas?
-Son historias 99% reales (siempre varío algún detalle en pos de la narrativa) sobre aquellas cosas de mi vida que me salen mal, pero que aún así me causan gracia. Ahora no sólo dibujo para hacer reir sino también como catarsis.

-¿Qué significa dibujar para vos?
-Dibujar es jugar. Sostengo un contacto muy fuerte con mi infancia, y dibujar me hace sentir chica de nuevo.

www.chica-cinica.blogspot.com


Juan Caminador: El costumbrismo cómico
Juan Caminador (alter ego de Leandro Álvarez, 27) combina su trabajo de dibujante con el de kiosquero. En el negocio de su viejo mata el tiempo con ayuda del lápiz y la goma. "Dibujo cuando no viene nadie y después termino de pintar en mi casa con la PC", explica. "De hecho, hice historietas enteras en el kiosco. Me sirve para liberar tensiones: dibujar es una muy buena terapia".

El puesto está ubicado sobre el andén de la estación Ituzaingo, terreno fértil para toparse con personajes de todo tipo, que le sirven de inspiración. "Hay mucha gente dibujable, que con sólo darle un pie, te habla sin parar y te cuenta de su vida. De ahí saco material para mis tiras, me gusta contar historias creíbles".

-¿Cómo definirías tu estilo?
-No sabría definir si hago humor gráfico, porque no soy bueno haciendo chistes de una sola viñeta. Lo mío es un costumbrismo cómico. Trato de hacer historietas en que la gente se sienta identificada con los personajes, que diga: "Ja, ja, esto es como lo que me pasó el otro día".

-¿A qué edad empezaste en esto?
-Dibujo desde que tengo memoria. Mi primera historieta la hice a los 8 años, estaba basada en Robocop. Después arranqué con personajes propios, como Warlock (un tipo con una pecera en la cabeza) y Super Desastre (un vendedor de panchos con superpoderes). Lo único constante en mi vida fueron los cómics.

Juan Caminador (sí, como el whisky) se da a conocer a través de su blog, Mi vida como loser, inaugurado en 2006. "Todos los dibujantes se la tiran de losers, pero también tenemos un ego alto. Trabajamos en la sombra, no tenemos tanto glamour como otras ocupaciones. No somos un bicho raro porque, después de todo, hacemos las cosas que hace todo el mundo. Te podría decir que el dibujante promedio, de hecho, se agarra una borrachera por semana o se atraganta con un asado" (risas).

www.juancaminador.blogspot.com


Matías San Juan: Explotar el absurdo
Un día Matías San Juan (22) no tuvo mejor idea que autogooglearse. Y encontró que compartía nombre con un ciclista, un músico, un par de médicos, ¡Y un actor porno gay! Entonces recreó la secuencia en una de sus tiras semanales, pero con una pequeña modificación: un bigotón a lo Village People era el que se metía en el buscador y chillaba: "¡Miren, chicos, hay un historietista que se llama como yo!".

A lo Macanudo, las tiras que Matías cuelga en su blog (Rutina en cubitos) no tienen un protagonista en particular, ni tramas interconectadas. "Puedo explorar una dirección completamente diferente en cada una; en muchas me gusta jugar con el lenguaje y el diálogo, y en otras con situaciones absurdas. Las tiras no tienen limitaciones".

El único miembro estable del staff es un pingüino cascarrabias que lo adoptaron como mascota (¡duerme en el freezer de la heladera!) y que tranquilamente podría darle una paliza al de Linux. "Representa mi costado mala onda, a través suyo puedo ser todo lo ácido y lo cínico que quiera".

-¿Por qué un pingüino?
-Porque es un animal que vive en clima frío y me parecía que pegaba bien con la inexpresividad del personaje. También me gustan las ballenas, pero iba a ser más difícil de meter en un cuadradito, ¿no?

Matías combina su gusto por el lápiz con su pasión por las películas. "Soy un dibujante cinéfilo", asegura. Cuenta que empezó de chico dibujando sobre electro encefalogramas que le conseguía la mamá, y que se enganchó con las tiras nacionales por la complicidad que generan con el lector. "Acá talento no falta. Los dibujantes argentinos, en mi opinión, son de los mejores del mundo".

www.rutinaencubitos.blogspot.com


Mara Gerund: Punk en blanco y negro
Mara sufre de blogesquizofrenia. Tiene 8 blogs donde escribe, dibuja, sube videos u homenajea a su banda preferida (Menos que cero). Pero todos parten de una web madre, Violentamente feliz, hija de un fanzine under de los '90, que nuclea a todos juntos. Uno de los más divertidos se llama Pequeñas Maldades Gratuitas y está firmado bajo el seudónimo de Maldita. Cada post es una dosis de mala onda. "Maldita es mi lado más violentamente feliz y es la señora del sarcasmo. Decir maldades es más divertido que andar por la vida con la bondad, la paz y el amor", sostiene ella.
–¿Cómo sería un momento bien violentamente feliz?
–Escuchar música a todo volumen y bailar, subirse a una montaña rusa. El punk es un estado violentamente feliz. Como poner Kill The Poor (Dead Kennedys) y romper todo.
–¿Y en versión criolla?
–Los Brujos tocando Aguaviva.
Mara dibuja un personaje ("una mod bardera, una Twiggy gruñona") que se la pasa de bajos cruzados, retando a su creadora por cada trazo.
Ella explica: "No me considero dibujante, para mí son sólo garabatos. Soy la reina de los garabatos".

La Historia de HUMOR (cuarta parte)

Nota aparecida en la revista HUMOR n° 221 de Junio de 1988, conmemorando los 10 años de esta revista. AC: Andres Cascioli / TS: Tomás Sanz

Muchos se preguntan hoy, sospechando que contabas con algún tipo de apoyo, cómo pudo salir, cómo pudo existir en esos años una revista como "Humor"...
AC: Yo todavía realmente lo sé; supongo que se dieron cuenta tarde de lo que representaba "Humor", o cómo estaba creciendo. Porque la habíamos presentado como una revista de humor,
también. Salimos con ese nombre para que no nos "descubrieran", para usarlo un poco como máscara, creo que funcionó durante un tiempo. Cuando la revista se empezó a tener en cuenta, como el caso de Harguindeguy que sabemos que la tiró arriba de una mesa en una reunión de gabinete insistiendo en que había que prohibirla, creo que ya era tarde, porque era una revista de 250 mil ejemplares, muy popular. En octubre del '82, cuando se acercó la gente y los políticos a apoyarnos, ya era casi inatacable, ya era muy fuerte, era tan fuerte que estaba decidiendo cosas...

Y era muy conocida en el exterior también...
AC: Sí, en el '82, en Italia, nos dieron un premio como la mejor revista satírica del mundo. En octubre, cuando viene toda esa gente a defender la publicación, yo estaba recibiendo el premio en Italia. Nos escribían de todo el mundo. Estábamos haciendo reportajes con alguna gente de afuera; vos te acordás que la gente de derechos humanos a todo aquel que traían de afuera lo acercaban a "Humor" primero...

Y el caso de Joan Baez, a la que entrevisté. Cuando vino acá nadie la quiso atender, no salió ni una línea de ella en ningún otro lado...
AC: Claro, recuerdo también que estuve una vez en una reunión en la que había un sacerdote al que le gustaba la publicación. Y yo le dije que quería tener la experiencia de hacer un reportaje con un sacerdote. El decía que era una revista anticatólica, que ningún sacerdote se iba a animar a poner la cara en ella, pero el primero que aceptó fue Hesayne.

Sí, después vinieron Puigjané, Novak...
AC: Y uno de los grandes reportajes a un sacerdote fue al padre Federico Richards...
Gran personaje... Es decir, gente comprometida, y además tenemos que recordar el papel que jugó la Iglesia progresista con relación a los desaparecidos, cómo ayudó y profégio a tanta gente.
AC: Los que manejaban la Iglesia estaban muy comprometidos con el poder e intentaban en todo momento atacar a esta publicación. La mayoría de los problemas de censura que tuvimos provinieron de grupos de la Iglesia.

¿Qué juicios perdiste?
AC: Ninguno...

¿Te acordás cuántos tuviste?
AC: Creo que durante el Proceso tuve más de treinta; y algunos notorios como el de Bignone, por ejemplo; de la Junta de Comandantes, del comandante en Jefe del Ejército, de mucha gente de los grupos de ultraderecha que después aparecieron en la democracia como golpistas.
TS: Hay episodios graciosos con relación a eso. Luego del secuestro del número 97, en enero del '83, en cuya tapa estaban la Justicia y Nicolaides andando en patineta y cayéndose, como un símbolo de que la Justicia funcionaba mal, iniciaron juicio y tuvimos una audiencia con los abogados de la parte querellante — es decir, la Junta de Comandantes — en una causa que atendía el juez Salvi. Esas audiencias, sin contar el riesgo que significaban, llegaban a tener aspectos pintorescos. Porque la argumentación de los abogados sebasaba en que era imposible imaginar que todo un general de la Nación, el comandante en Jefe, no supiera conducir un elemento tan simple como una patineta, y era ya de por sí una ofensa y una injuria. Eso leído en el ambiente serio de una audiencia, era una cosa muy difícil de soportar. Nosotros procurábamos no mirarnos, porque estábamos por largar la carcajada.
AC: Salvi salió un momento de la sala, y después nos contó que fue a reírse afuera... Ese juicio está todavía pendiente... Usaron varios métodos contra nosotros. Uno de ellos fue, como te decía, el de los juicios. Después, como no salían los fallos, tardaban mucho, creo que no aguantaron más y el número 97 lo arrancaron de las máquinas, prácticamente. Eso también les salió mal, porque conseguimos un recurso de amparo. En Tribunales todavía existía gente que quería hacer justicia realmente. Y luego intentaron hacer juicio por cada una de las publicaciones que salían. Primero fue el número 97, y después parece que la mecánica era hacerle juicio al 98, al 99, y suspender de a poco la publicación. Y conseguimps ese recurso de amparo que nos protegió el número siguiente, el 98, en el que hicimos a los tres comandantes como monos, en la tapa.

Ciegos, sordos y mudos...
AC: Sí, sí... y creo que fue una de las grandes pegadas de la revista; agotamos toda la tirada, de ese número no queda nada... Hubo otras cosas que pasaron con el número 97, que el gobierno decidió secuestrar de las máquinas. En Fabril, donde imprimíamos, logramos ter¬minar 100 mil ejemplares, que fueron distribuidos en Capital. La policía intentó secuestrarlo, pero tengo que reconocer que se portó muy bien el Cholo Peco, que dirigía el gremio de la distribución. Me dijo que de cualquier manera iba a ubicar la revista; si no era en los kioscos, en los negocios cercanos. Y ahí fueron, por indicación dé los canillitas, los que querían conseguir la revista, a comprarla en tiendas, cafés y lugares rarísimos. Los pocos que quedaron en los kioscos —unos 4 mil— fueron secuestrados. Y vendimos los 96 mil restantes.

Un poco antes de las elecciones del '83, la revista, que hasta ese momento se había mantenido muy independiente, tomó otro giro. La gente peronista que leía la revista se siente un tanto defraudada porque dice que hay un brusco cambio editorial y un gran apoyo al radicalismo. ¿Qué fue lo que pasó?
AC: No, creo que hay cierta confusión. Los enemigos o la gente con la cual estábamos enfrentados siempre fueron los mismos; creo que integraban distintos partidos políticos, pero creo que si hubo un enfrentamiento fue con el fascismo, y había grupos dentro del peronismo que querían reeditar viejas experiencias. Uno de los casos fue Herminio Iglesias; y con algunos de esos grupos, especialmente el comandado por el, sí tuvimos problemas serios. Nosotros lo atacábamos directamente desde la publicación, en la que, tanto antes como ahora, siempre hubo una actitud pluralista: como hay peronistas, hay radica¬es, algunos liberales y gente de izquierda. Pero uno de los casos curiosos de esa época fue que la mayoría de los columnistas se decidió por Alfonsín... Tenían total libertad para publicar lo que quisieran, nunca censuramos nada. Fue decisivo el caso de Enrique Vázquez, quese decidió por el radicalismo; o el de Gregorich, Kovadloff, Aída Bortnik, Pacho O'Donnell, que estuvo poco tiempo en la revista... Todos ellos apoyaron al gobierno de Alfonsín, y eran columnistas de "Humor" que ya tenían prestigio. No fue apoyo de la revista, fue de algunos de sus columnistas que después se jugaron y hasta integraron el gobierno de Alfonsín; y entendieron que debían alejarse de la revista, por esa causa.
TS: También hubo otros tipos muy importantes para la revista, como Osvaldo Soriano, por ejemplo, que no se puede decir que haya saludado el triunfo del radicalismo, al contrario...
AC: Sí, y también el caso de José Pablo Feinmann que en todo momento estuvo al lado del peronismo. Yo creo que, como después se comprobó, buena parte de la Argentina veía en Alfonsín al futuro presidente, y a parte de quienes publicaban acá les pasó lo mismo. Después, debo reconocer que si alguna gente se acercó a la publicación en los momentos difíciles, y quizá también porque nos consideraban afines al proyecto político de ellos, fueron los radicales. Estuvieron muy cerca de la publicación; después del '83 no lo estuvieron tanto... Me acuerdo que hasta participamos un día en un acto en el teatro Coliseo; fuimos todos los integrantes de "Humor" y dimos una especie de charla para los radicales, nuestra charla habitual que era contra el gobierno militar. Pero la Coordinadora lo utilizó como propaganda de su sector político. Llamaron tanto los radicales como los peronistas á dar charlas. Quizás por ese enfrentamiento con algunos grupos de peronistas que después los seguimos teniendo pese a que nosotros nos distanciamos bastante del gobierno radical. Y nosotros seguimos haciendo "Humor" con gente del peronismo, que el mismo peronismo separaba de su nuevo proyecto renovador.

¿Cómo te fue, concretamente, con el radicalismo en éstos casi cinco años?
AC: No me fue nada... Recuerdo que de entrada intenté que el radicalismo apoyara algunos proyectos culturales. Nosotros necesitábamos tener una buena imprenta y no pedíamos un regalo sino buenos créditos, pero... del gobierno no conseguí nada. Recién ahora, a raíz de los diez años, creo que se preocupó gente del gobierno por reconocer la publicación. Me parece que "Humor" se lo merece; hizo mucho para que llegáramos como llegamos, bastante sanos, a la democracia. Hizo bastante, por medio de aquellos columnistas, para que triunfara el doctor Alfonsín. En ese momento los jóvenes seguían mucho las columnas de Vázquez, especialmente, y Enrique decididamente apoyó a Alfonsín. Y supongo que debe haber habido un millón de votos de parte de nuestros lectores.

¿Qué pasó, Tomás, en la redacción a partir de la democracia? Las ventas bajaron y se hizo más complicado seguir haciendo "Humor" con un gobierno democrático.
TS: Claro, empezó el reacomodamiento político en libertad, y la gente ya no tuvo esta publicación como bandera, como único medio que decía lo que ellos no podían decir. En otras publicaciones empezaron a aparecer tardíamente, y a lo sabemos, denuncias y críticas al Proceso. Se produjo el reacomodamiento de algunos colaboradores, hubo quien se refugió en las estructuras partidarias, gente que se empezó a definir por uno u otro partido, y empezaron también algunas polémicas saludables entre lectores, y entre gente que ya tomaba partido, aun colaborando para la revista.

¿Ha habido pataleo de políticos por alguna tapa o alguna nota?
TS: No, desde el '83 no recuerdo un caso preciso... Alfonsín ha salido mil veces caricaturizado...
AC: No, no... por notas puede ser, pero los dibujos me parece que no molestan ... Hubo un caso de fastidio, nos llegaron los rumores, del canciller Caputo, con la "capureta"... una careta con su nariz y anteojos...

Recién Tomás hablaba de la aparición tardía de denuncias y críticas por parte de otros medios. Alguna vez vos lo llamaste la aparición de la "competencia desleal".
AC: Ah, sí, por supuesto... Nosotros en su momento sacamos un suplemento dentro de la revista, donde hablábamos del periodismo del Proceso, "la prensa canalla'' se llamaba. De los medios conocidos que ahora apoyan a la democracia allí mostramos qué hicieron durante el Proceso. Recuerdo "La Semana", cuando acusó de comunistas a una serie de personajes en la portada... Recuerdo cómo muchos "ganaron" la guerra de las Malvinas en las tapas de las publicaciones... O el juicio que tiene contra Vigil una secuestrada de la ESMA, sacada de la cárcel para hacer una nota contra los subversivos; porque se decía que su hijo era subversivo, y bajo amenazas ella tuvo que reconocer que eran un peligro para la Nación, para el gobierno militar, o para Vigil... Bueno, hay gente que tiene buena memoria y eso que publicamos lo tuvo en cuenta, y lo tendrá. Otra gente no, en su momento, cuando "Humor" hablaba y se jugaba, tal vez la apoyaron; y con la democracia, en esta época, comprarán revistas como "Flash" o como Gente"...

¿Hay temas vedados para la revista?
AC: Cuando era más perseguida por el gobierno militar que amenazaban con prohibirla, una decisión editorial que tomamos fue sacarle toda connotación con el sexo. Me acuerdo de la historieta"Paja Brava", de Fabre y Tabaré; algunas notas de redactores sobre sexo..., todo eso decidimos sacarlo de la revista, y se me ocurrió hacer "Sex-humor". Una cosa era que a nosotros nos acusaran, secuestraran o nos hicieran juicio por el tema político, y otra era una acusación por supuesta pornografía, porque todo aquel a quien se lo acusa de nacer pornografía, termina no siendo defendido por nadie.

Hoy "Humor" cumple diez años y muchas cosas han cambiado. Esta revista permitió que aparecieran otras, solventar otros proyectos que eran interesantes pero que tal vez no tenían demasiados lectores, y vos te has convertido en un editor importante, con una historia y una trayectoria. ¿Cuáles siguen siendo ios riesgos de ser un editor ahora?
AC: Los riesgos son muchos porque es imposible trabajar con estas tasas de interés, con la inflación que existe, y con algunos monopolios que deciden cuánto va a valer el papel mañana. Nosotros estamos trabajando muy sobre el filo de la navaja, no sabemos qué precio tiene el papel, por ejemplo... Sále la publicación y al otro día nos aumentan el papel un 25%, y no hay ningún control. La revista no puede valer lo que debiera si la aumentáramos como suben los sueldos por el costo de vida, o como sube el papel... que aumentó más del 200% en lo que va del año. La imprenta está aumentando prácticamente dos veces por mes. Pero no se pueden cargar esos aumentos sobre la revista porque no se vendería; la gente no tiene plata, está todo muy mal. Prácticamente estamos cambiando la plata, y en algunos casos hasta se pierde con las publicaciones. Más que nacer proyectos y pensar en el futuro, creo que la mayoría de los editores están aguantando...

Pero vos igual seguís pensando en el futuro...
AC: Sí, igual tenemos proyectos, bueno, confiamos en el país... pese a todo... Pero mejor no te los cuento... (risas) para que Jorge Pontevecchia, de Perfil, no se los copie, como cuando sacó "Magazine", que fue un fracaso, y quiso llevarse — comprar, bah— a los redactores y dibujantes de "Humor"...

¿Has ganado mucha plata, Andrés?
AC: No, no, creo que como tuvimos aciertos, como en el caso de' 'Humor'', cometimos algunos errores; de los que no estoy arrepentido. Por ejemplo, como "Humor" estaba tan sola, intentamos durante el gobierno militar un proyecto como "Humi", que fue una revista que empezó muy bien. Parecía que hasta iba a ser un buen negocio, pero me interesaba porque era un proyecto cultural maravilloso. Las únicas revistas de ese género que había estaban en manos de editores a los que creo no les interesan para nada los chicos de nuestro país. Soportamos el ataque del gobierno a "Humi"; hubo chicos que fueron sancionados porque forraban con páginas de "Humi" sus cuadernos. Vinieron madres acá, llorando, porque echaron a algunos chicos de las escuelas, y bueno, "Humi" llegó a venderse muy poco siendo, creo, una de las mejores revistas que se hicieron en el país. Pero no llegaba a los kioscos, tenían dificultades para ser distribuida. En algunas escuelas acosaban a los chicos, en otras aconsejaban comprar "Anteojito" o "Billiken"...
Obligaban a los chicos a pegar figuritas de esas revistas, parece que no servían las que salían en "Humi'. Bueno, con "Humi" se ha perdido mucha plata... Otro proyecto que salió muy mal fue la revista literaria 'El Péndulo', un fracaso... Hicimos "Superhumor", que fue el antecedente de "Fierro". Yo creo que, pese a las dificultades que tienen para venderse, si no se hicieran revistas como esas dejarían también de publicar los grandes dibujantes argentinos que aparecen. Por ejemplo, "El Péndulo", que empezó saliendo con los mejores cuentistas del mundo —y era muy costoso comprar ese material internacional—, terminó en su último número teniendo casi el 50% de material argentino; aparecieron escritores argentinos de ciencia ficción, que casi no nabía. Una vez que aparece el medio aparece la gente; y para que esa gente esté en el país y se desarrolle en el país, tienen que aparecer los medios. Entonces, se hicieron estos intentos... Fueron proyectos fracasados y se pagaron con el éxito de' 'Humor'

¿Qué evaluación podes hacer ahora de "El Periodista"?
AC: Fue también, económicamente, uno de los grandes fracasos de la editorial. Hasta hoy "El Periodista" vive de lo que ganan "Humor" y "Sexhumor". La pérdida fue muy grande, pero creemos mucho en esa publicación. Creemos que va a ser la gran revista de política e interés general del futuro. Este país un día va a salir adelante, y necesitará tener una revista progresista; y creemos que esa revista es' 'El Periodista''...

Insisto. ¿Tenes, además, algún proyecto para el futuro?
AC: Y, en carpeta debo tener veinte proyectos, pero con el país en estas condiciones no se pueden hacer. Una cosa que es incomprensible para nosotros, y estamos insistiendo ante alguna gente del gobierno para solucionarlo, es la importación de papel a la Argentina. El papel argentino está manejado por pequeños monopolios que ponen el precio que quieren, están protegidos por el gobierno, y están haciendo un papel muy malo. Las grandes empresas, en lugar de mejorar la calidad lo que hicieron fue meterse la plata en el bolsillo, llenarse de deudas y no enriquecer el parque industrial. En Chile se imprimen como tres millones de revistas mensuales, argentinas. Hay algunas que no tienen ni oficina de redacción en la Argentina, como por ejemplo "Muy interesante": las películas —los grabados, digamos— llegan de España, van a Chile, se imprime allí y entra sin ningún impuesto al país, y se distribuye y se vende en los kioscos argentinos; además no tienen personal, no son fuentes de trabajo aquí.

¿Qué cantidad de personal hay en "La Urraca"?
AC: En la actualidad tenemos un personal fijo de 127 personas, y debe haber unos doscientos colaboradores. Te sigo contando: hay otras revistas, como "Selecciones"; cuya redacción se hace afuera, las películas también, van a Chile, y de Chile entran acá sin ningún impuesto. y son revistas que se venden mucho en el país. Editoriales que no tienen personal rijo, que con cinco personas solucionan todos sus problemas de edición, compiten deslealmente con empresas que tienen gran cantidad de personal y muchos gastos fijos. Y el gobierno no hace nada ante este problema. La solución está en que le quiten el impuesto al papel importado con el que se imprimen estas revistas —un papel que no se hace en el país— lo que también obligaría a los papeleros argentinos a mejorar la calidad y a hacer ese papel que se utiliza en todas las revistas del mundo. Es un papel de 60 gramos, liviano, brillante, en el que se puede imprimir bien, que no arruina las máquinas como el papel que tenemos que utilizar nosotros.

Ahora, un poco de nostalgia de estos diez años. ¿Qué es lo que más añoras de lo que fue la revista, de ese pasado humilde de "Humor", en relación con lo que es hoy?
AC: Yo creo que el pequeño grupo de amigos que todavía está, pero con el que ya no tenemos la misma relación de antes... Salíamos a comer todos los días juntos, hasta nos veíamos a la salida del trabajo con esposas e hijos, nos encontrábamos en exposiciones de humor, hacíamos reuniones muy seguido... Ahora hay muchos "extraños" dentro de la editorial. Hace poco, hasta hicieron una campaña algunos grupos, que no se de dónde provienen tampoco, que le facilitaron material mentiroso a periodistas como Carlos Várela, que habló por radio contra la editorial. Te imaginas, la derecha va a hacer cualquier cosa con tal de atacarnos... Me gustaría que la editorial no fuera tan grande... hacer "Humor" como la hacíamos en el '82, con el grupo más pequeño. Pese a lo que te decía antes, estoy casi arrepentido de haber hecho una empresa medianamente grande. Tengo problemas empresariales, me estoy dedicando a ser más empresario que dibujante o a dirigir la revista; mis problemas ya son otros... No dibujo casi, y quisiera volver a dibujar, volver a sentarme en las reuniones creativas sin tener que levantarme para hablar por teléfono o para reunirme con gente.,'.

¿Y vos, Tomás, que añoras de esos años de oro?
TS: Yo tengo una sensación parecida. Hoy hemos hecho una revisión, a la fuerza medio desordenada, y siempre aparecen omisiones; no es un pantallazo de todo lo que pasó, y de todos los que pasaron por acá. Pero está el recuerdo de gente con la que a uno le ha gustado mucho trabajar, y con la que se ha identificado; tipps que por méritos propios se han consolidado más en la revista y que de ahí, incluso, saltaron a otras realizaciones como el negro Dolina, por ejemplo, un tipo tan talentoso que se esta revelando recién ahora. O el orgullo de tener dibujantes como Grondona, como Ceo, Fati, Nine, Fortín, y tantos...
AC: De los dibujantes hablamos poco, es verdad... Alguien a quien habría que reconocerle todo lo que hizo durante estos diez años, es Ceo. Estuvo desde el primer momento, cada vez dibuja mejor, es un profesional que nunca falla.

¿Te ha cambiado mucho la vida, Andrés, en estos diez años?
AC: Sí, sí, me cambió mucho... Han pasado muchas cosas, hubo algunas pérdidas... como cuando Horacio Altuna dejó de publicar' 'Las puertitas del señor López' ; nos habíamos encariñado mucho con la historieta y lamentamos mucho esa deserción, porque él se fue a Europa. Izquierdo Brown, que por no se qué cosa interior dejó de dibujar. Ahora estamos tratando de recuperarlo para la revista. En este número reaparecen algunos amigos que estuvieron con nosotros, como Soriano, Gregorich, Kovadloff...
Sin ponernos sentimentales, hoy, a diferencia de hace diez años, tenemos muchas cosas que festejar...
AC: Sí, tenemos que festejar que llegamos con esta publicación hasta donde estamos hoy. Y yo festejaría también que pese a que no tenemos la tirada que alcanzamos antes y a que tal vez hayamos perdido algunos de esos lectores tan fanas y seguidores, hemos ganado la democracia. Y en el festejo incluyo la creencia de que la revista está mejor de lo que fue en aquella época. Es más madura, más '"seria''... Como revista de calidad, creo que "Humor'' tiene un futuro muy promisorio.
TS: Y si te parece, Mona, yo cierro la charla. Tarde, como siempre, como ciérro mis entregas de ''Pelota''. Vanidades aparte, creo que "Humor" ya integra la lista de las mejores revistas políticas y de humor que se han hecho aquí. (Bah, ahora que apagaste el grabador y esto no sale publicado, te digo que es la mejor de todos los tiempos...)


Mona Moncalvillo